29.10.10

¡Ni un paso atrás!

Estamos asistiendo, sin dudas, a uno de los hechos más importantes en la historia de nuestro país y últimamente reivindicada democracia.
Se produjo el fallecimiento de uno de los transformadores más destacados del continente quien provocó profundos y positivos cambios, no sólo en la política institucional argentina, sino también, hasta en el modo de ver las cosas.-
Néstor Kirchner significó y significará, seguramente, de ahora en más un nuevo motivo de lucha, la conexión justa y necesaria entre utopía y política.
Aún recuerdo cuando, sentado por primera vez en el sillón presidencial, hablaba de “cambios profundos” y mientras tanto, mi incredulidad, me hacía decirme que era un viejo cliché en boca de un nuevo político; que equivocado estaba!!!
Lo que más me asombró fue el modo en el que se paró frente a poderes establecidos, con esa postura desfachatada, sin ningún protocolo pero con una firmeza inusual en los de la clase política.
Y esos poderes fueron el ALCA y sobre todo el FMI, ente occidental destinado a esclavizar a los países en “Vías de desarrollo” (como ellos suelen denominarnos).
La recuperación económica también fue vital en todo su mandato. La deuda con los acreedores privados ascendía a 81.800 millones de dólares, de los cuales, entre enero y febrero de 2005, se canjearon 62.200 millones, o sea el 76 por ciento del total de la deuda, con una quita de 27.700 millones sobre el valor nominal de la misma. Se trataba del mayor procedimiento de canje y con la más alta quita a los acreedores de la historia económica.

Pero su concepción en referencia a los Derechos Humanos fue realmente uno de los aspectos más característicos de la administración K. La imagen representativa por excelencia de ésta política fue cuando se descolgó el cuadro de Videla de la ESMA y se le otorgó a la institución, en la que funcionó uno de los centros clandestinos de detención de la última dictadura militar, la categoría de Museo de la Memoria. Se declaraban entonces, por el año 2005, inconstitucionales las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida; por fin los asesinos tendrían lo que se merecieron.

Continúo mirando la televisión, durante el velatorio ya pasaron miles y miles de ciudadanos que se consideraban kirchneristas, militantes del modelo propuesto por el ex presidente continuado por Cristina y también individuos a partidarios que desbordados de sorpresa por la magnitud del acontecimiento, quisieron darle el último adiós. Quizás, muchos, que de ahora en más llevarán la marca imborrable de éste movimiento, tuvieron un poco de vergüenza a ser señalados por el dedo de la Derecha: “No, no, no me digas que sos kirchnerista!!! No me digas que te gusta éste Gobierno”. Claro, ¿cómo podía a ellos satisfacerles un modelo que no estuviera hecho para uno pocos y en su lugar se tratara de repartir para los que menos tienen?
En esa despedida del ex presidente hubo familias, hombres, mujeres, niños y también está la nueva esperanza; tantas veces vapuleada, maltratada, discriminada. Se encuentra ahí la juventud, chicos de entre 16 y veinte y tantos que acompañan cantando una arenga; mezcla estética de canción de fútbol y rock: “Andate Cobos la p… que te pa…” “Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar”- entonan las voces mientras marchan hasta el féretro en el que se encuentra el cuerpo del patagónico.
Sólo con el paso del tiempo podremos ir intentando comprender todo lo que ha significado este hecho multitudinario.
Los que no están son los oligarcas y seudo-oligarcas de la derecha criolla que siempre creerán que la tierra habitada les es propia, y pueden disponer, no sólo de sus recursos sino también de los demás integrantes de la sociedad que ellos hacen funcionar gracias a su producción. Ya los he escuchado hablar de “justicia divina”, se los ha visto festejar con vinos y licores caros mientras hacen planes de cómo continuará el rumbo de las cosas sin la fuerza suficiente de la “Yegua”.
No festejen tanto golpistas y facho-empresarios de turno. “Las ideas no se matan”. Hay algo nuevo que está en marcha y no se podrá parar.
La siembra dará sus frutos y desde el pensamiento y la acción no habrá ni un paso atrás.



Sebastián Rivero